"besó mi coronilla y apoyo mi cabeza en su pecho, donde podia sentir sus latidos y su respiración."
— Es un buen chico – escucho decir a mi padre nada mas
entrar en casa –
— ¿De que demonios me hablas? – pregunté extrañada, el
se limito a señalar por la ventana la cual él estaba mirando. Al mirar yo por
ella lo descubro. Descubro de que hablaba y una sonrisa se dibuja en mí. Justin
esta allí, regresando por el camino que había hecho sin que yo me diera cuenta.
Valiente imbécil, menos mal que le dije que no me acompañara. – y tanto que es
un buen chico. Le dije que no hacia falta que me acompañara y mira – señale la
ventana y mi padre suelta una carcajada –
— ¿Y Alex? – le pregunto al no verlo en el salón con
Mus –
— Durmiendo con Mus, no se separan ni para bañarse – yo
sonrío –
— Bueno papá yo también voy a dormir ¿vale?
— Vale, pero mañana tenemos que hablar. Es importante.
— He quedado con Justin para ayudarlo con un tema pero
por la noche cuando venga podemos hablar
— Claro, buenas noches mi pequeña – le doy un beso en
la mejilla y me dirijo escaleras arriba donde empiezo a prepárame para ir a la
cama, es decir, ponerme el pijama y esas cosicas. Una vez lista me meto en la
cama y el sueño me atrapa de inmediato. –
A la mañana
siguiente…
Mi despertador empieza a sonar y yo no tardo en
pararlo. Me levanto y me dirijo a mi pequeño pero potente altavoz, lo enciendo
e inmediatamente comienza a sonar “Mirror” de Justin Timberlake. Comienzo a
moverme mientras intento decidir que ropa ponerme, finalmente me decido por un
vestido vaquero y unos tacones marrones. En el cuarto de baño me peino con el
pelo suelto y me maquillo un poco (http://www.polyvore.com/as_love_as_you_me/set?id=82451545). Una vez lista vuelvo a mi cuarto, me siento
en la cama y cojo mi móvil para hablar con Justin por wassap
Emma
(11:45): Buenos días sexy Bieber
Justin
(11:46): Buenos días pelirroja
Emma (11:
49): ¿Quedamos para eso?
Justin
(12:00): Dame cinco minutos y te paso a recoger
Emma
(12:01): Puedo ir solita a tu casa eh
Justin
(12:03): Tarde, ahora te veo
Una pequeña sonrisa aparece en mi rostro al leer eso,
no tiene remedio.
Cojo mi móvil, mi llave y cinco euros que los guardo
todo en mi pequeño bolso y luego bajo al salón donde me despido de mi padre y
de Alex. Salgo fuera a esperarlo y al cabo de cinco minutos lo veo aparecer por
el final de la calle. Me levanto y camino hacia el que una vez a su lado lo
saludo con un beso en la mejilla y el a mi con una sonrisa
— Te vas a matar con eso – dice señalando mis tacones y
yo río –
— Son bajitos – le digo y el abre los ojos –
— La ostia… - susurra e y yo río –
— ¿Vamos a tu casa? – pregunto pero el niega - ¿no?
— Vamos a un parque y me cuentas que se te a ocurrido –
me dice el sonriente –
— En realidad no se me… - en ese momento un idea paso
por mi mente haciendo que una bombilla se iluminara – no espera, si se me a
ocurrido algo – digo parándome en seco y el me mira como esperando a que le
cuente – tu lo que quieres es volver a ser el de antes ¿no? – el asintió- pues
empezaremos por algo sencillo: tu madre
— ¿Mi madre? – pregunto el confuso –
— Sip, le pedirás perdón – el pareció entender y
asintió con una sonrisa –
— Pues venga vamos a mi casa a por el coche
Y eso hicimos una vez en el coche pusimos la música a
todo volumen y comenzamos a cantar los dos de cualquier manera. Entre risas yo
le decía que se callara, vale que haya conquistado a miles de chicas con su voz
pero cuando quería podía cantar realmente mal. Cada vez que me tapaba los oídos
por su horrorosa voz desafinaba el me miraba “ofendido” y me decía ‘pero si yo
canto de muerte’ y volvía a cantar de nuevo, cosa que provocara mi risa.
Al poco tiempo ya estábamos frente a una pequeña casa
que aparentaba muy acogedora. Bajamos del coche y fuimos hasta la entrada.
Justin cambiaba el peso de un pie a otro constante mente lo que le delataba y
me demostraba que estaba nervioso. Le cogí la mano y le di un apretón lo que
hizo que me mirase y sonriese.
Llamo al timbre y en pocos segundos una mujer de
mediana edad, morena y con unos grandes ojos que os juro que enamoraban a
cualquiera, abrió la puerta. Me miro a mi primero con una expresión sorprendida
y después a Justin, este se limito a sonreír con una sonrisa torcida. Pattie se
echó a un lado y nos dejo pasar sin decir nada, el único sonido que se
escuchaba es el que producía mis tacones con las pisadas.
Nos sentamos en el sofá del salón, y el silencio con
nosotros. Llevábamos allí unos cinco minutos y ninguno pronunció una palabra.
Finalmente fue Pattie la que rompió aquel silencio.
— ¿Queréis tomar algo? – preguntó ella –
— Agua por favor – dijimos Justin y yo al unísono, nos
miramos y sonreímos. Ella también sonrió y se dirigió camino a la cocina y en
pocos segundos volvió con dos vasos de agua –
— No quiero se grosera pero… ¿Qué hacéis aquí? ¿Y
juntos? ¿Estas saliendo?
— No, para nada – digo yo – Verás Pattie, su hijo
quiere hablar contigo y me ha pedido que lo acompañe
— Si, veras mamá…
— Oh, ¿ahora soy mamá, no Pattie? – dijo ella
cruzándose de brazos –
— Mamá por favor… - dice Justin apretando los dientes –
— Pattie, déjele hablar por favor –
— Esta bien, habla –
— Te admiro mamá, te admiro por lo fuerte que eres. Tenías
mi edad cuando nací y apenas teníamos dinero y tu tenias que trabajar el doble.
Pero aun así seguías hacia delate, nada te detenía. Lo hacías por ti, por mi…
por nosotros. En serio no se de donde sacabas esa fuerza. Lo que quiero decir
es que no se que haría si me dejaras aunque se que aunque trate como te he
tratado siempre estarás ahí para mi. Gracias a ti soy la persona que soy hoy, o
por lo menos que era y lo arruiné todo.
Mamá lo siento de verdad – dijo con los ojos vidriosos, yo tragué saliva y mire
a Pattie que estaba casi igual que el – Quiero volver a ser el que era y Emma
me va a ayudar ¿Me ayudaras tu también? – le preguntó y al ver que no
contestaba insistió – Por favor…
— Oh mi niño ven aquí – le dijo mientras se levantaba y
abría sus brazos, ellos se abrazaron y mis lagrimas se agolparon en mis ojos.
Cuanto deseaba abrazar a mi madre. La echaba de menos. Una lagrima se deslizó
sobre mi mejilla –
— Mierda – susurró Justin – No, no Emma no llores –
dijo acercándose a mi y sentándose conmigo en el sofá y abrazándome – estoy
aquí, se que la hechas de menos pero no llores por favor – beso mi coronilla y
apoyo mi cabeza en su pecho, donde podia sentir sus latidos y su respiración. Intente
igualar nuestra respiración y poco a poco me fui relajando. Cuando por fin me
separo de el me doy cuenta de algo. El rimel –
— Mierda Justin te he llenado de rimel, y seguramente
pareceré un payaso – le dije mientras reía un poco –
— Cariño ¿Por qué no vas a mi cuarto de baño para
quitarte eso y si quieres te vuelves a pintar? – yo asentí – Segundo puerta a
la izquierda del segundo piso – seguí sus instrucciones hasta que me encontraba
delante de un espejo de un pequeño cuarto de baño donde me veía como tenia el
alrededor del ojo negro, efectivamente parecía un payaso. Me reí yo sola en
aquel cuarto de baño –
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